Somos el principal productor local y comercializador en Argentina de Fosfatos para la industria alimenticia, entre otras. Los fosfatos son aditivos alimentarios utilizados en la industria para diversas funciones, como mejorar la textura, estabilizar productos y actuar como agentes leudantes. Entre los fosfatos más comunes se encuentran el fosfato dicalcico, dipotásico, disódico, monoamónico, monopotásico, monosódico, trisódico y monomagnésico. El fosfato dicalcico se utiliza como agente leudante en productos horneados, ayudando a promover la fermentación y la expansión de la masa. El fosfato dipotásico, por su parte, actúa como estabilizante y regulador de acidez en alimentos procesados, como bebidas y productos cárnicos. El fosfato disódico se utiliza principalmente como regulador de acidez en productos lácteos y bebidas. También se utiliza en la industria cárnica para mejorar la retención de agua y la textura de los productos cárnicos. El fosfato monoamónico y monopotásico son utilizados como agentes leudantes en productos de panadería y pastelería, ya que reaccionan con los ingredientes ácidos para liberar dióxido de carbono y lograr una mayor expansión de la masa. El fosfato monosódico es un regulador de acidez utilizado en alimentos enlatados, productos cárnicos y snacks. Ayuda a mejorar el sabor y a prolongar la vida útil de los alimentos. El fosfato trisódico se utiliza como estabilizante y emulsionante en productos lácteos, bebidas y aderezos para ensaladas. Contribuye a mejorar la textura y a prevenir la separación de ingredientes. El fosfato monomagnésico, por su parte, se utiliza principalmente como aditivo en la industria de la carne para mejorar la retención de agua y la textura de los productos cárnicos. ​Por último, los pirofosfatos de sodio, tanto el ácido como el neutro, se utilizan en la industria alimentaria como agentes leudantes y estabilizantes en productos de panadería, como panes y pasteles. Contribuyen a lograr una mayor esponjosidad y estabilidad en la masa. ​En resumen, los fosfatos desempeñan diversas funciones en la industria alimentaria, como agentes leudantes, estabilizantes, reguladores de acidez y mejoradores de textura. Su uso está ampliamente extendido en una variedad de productos, desde productos horneados y lácteos hasta alimentos enlatados y productos cárnicos. Estos aditivos desempeñan un papel importante en la mejora de la calidad y las características sensoriales de los alimentos que consumimos.